En el Centro de Psicología Clínica FUNVECA ofrecemos atención psicológica en respuesta a la demanda por parte de una persona (el “paciente”) que considera que necesita ayuda profesional para solucionar algún tipo de problema psicológico (por ejemplo, se siente deprimido y sin fuerzas, está muy ansioso y no logra calmarse, se siente estresado por su situación laboral, discute con demasiada frecuencia con su pareja, acaban de diagnosticarle una enfermedad grave y se siente abatido, le han dicho que tiene que cambiar su estilo de vida –dieta, ejercicio, dejar de fumar- porque si no podría tener más complicaciones médicas, etc.).

En el caso, de los niños/adolescentes, normalmente son los padres, cuidadores o tutores legales quienes solicitan la atención para los niños porque observan cambios en su comportamiento y forma de reaccionar habitual o piensan que los niños/adolescentes necesitan algún tipo de apoyo profesional (por ejemplo, tiene problemas para rendir en el colegio/escuela, llega el momento de decidir qué quiere estudiar y no sabe qué, observa que es muy callado y prácticamente no tiene amigos, ha cambiado su estado de ánimo y le ve muy triste sin razón aparente, etc.).

Los servicios de atención psicológica que ofrecemos están enmarcados en el enfoque cognitivo conductual de la Psicología y los tratamientos están empíricamente validados, lo que significa que cuentan con pruebas científicas sobre su eficacia.

Qué es la atención psicológica

La atención psicológica es un encuentro terapéutico entre el psicólogo y el paciente, cuyo objetivo es ayudar a este último a resolver algún problema, situación o trastorno psicológico con el que se enfrenta actualmente. Generalmente, el paciente ha estado lidiando con esta situación problemática o trastorno psicológico por algún tiempo, usando todas las estrategias y recursos a su alcance, sin encontrar solución, sufriendo un malestar psicológico importante y afectando su vida cotidiana y su entorno (familiar, ocupacional, etc.).

Motivos para solicitar atención psicológica

Los motivos para solicitar atención psicológica pueden ser muy variados y en ningún caso significa “estar loco”. Básicamente, se trata de acudir a un profesional (en este caso de la psicología) para que, junto con él, pueda analizar una situación problemática y comprender de qué manera sus actuaciones y las condiciones de su entorno están contribuyendo a dicho problema y de qué manera podría modificar tal situación o emplear estrategias que le permitan un mejor ajuste en caso de no poder cambiarlas. Este enfoque de trabajo está centrado en la solución de problemas y en el desarrollo personal de un conjunto de habilidades y estrategias que permiten a las personas aprender a relacionarse mejor consigo mismas y con su entorno y, sobre todo, que le permiten alcanzar sus objetivos vitales.

Ventajas de la atención psicológica

La ventaja más importante de recibir atención psicológica (siendo ésta bien aprovechada por el paciente) es que la persona logra aumentar sus capacidades para hacer frente a las situaciones difíciles y su resistencia a la adversidad, al mismo tiempo que disminuir el malestar y el sufrimiento psicológico y estar un paso más cerca de lograr sus propósitos personales.

Modalidades de atención psicológica

Ofrecemos dos modalidades de atención psicológica:

La consulta psicológica individual es una relación terapéutica, uno a uno, en la que el psicólogo utiliza sus conocimientos y habilidades propias de su profesión para ayudar al paciente. Las consultas se realizan, generalmente, una vez en la semana y cada sesión tiene una duración de entre 45 y 60 minutos. Un tratamiento individual puede tomar entre 12 y 20 sesiones, pero en los casos más graves (por ejemplo, un trastorno de la personalidad) pueden requerirse seis meses o más de tratamiento continuo. También puede ocurrir que el motivo de consulta sea una cuestión que requiera una asesoría puntual y sólo se necesiten unas tres o cuatro sesiones.

 

Cómo suelen ser las consultas individuales

Las primeras sesiones son de evaluación, es decir, que el terapeuta las emplea para reunir toda la información necesaria para comprender mejor al paciente. Inicia con la expresión del motivo de consulta por parte del consultante y se desarrolla como una entrevista en la cual el terapeuta le formula preguntas sobre su situación actual y el desarrollo que ha tenido la problemática. De forma complementaria, se le puede solicitar al paciente que rellene cuestionarios o realice observaciones de su propia actuación en la vida diaria y las registre en algún formato (autorregistros).

Una vez se ha hecho la evaluación, terapeuta y paciente comparten y discuten los planteamientos y las hipótesis que ha hecho el primero respecto a lo que puede estar sucediéndole al paciente y a partir de allí se definen los objetivos terapéuticos.

Partiendo de los objetivos, se traza un plan de intervención, que generalmente incluye el uso de distintas estrategias psicológicas para alcanzar los objetivos propuestos. Esas estrategias pueden cambiar según el tipo de problema o trastorno psicológico que tenga el paciente, pero algunas de ellas son, por ejemplo, la relajación, la desensibilización sistemática, la reestructuración cognitiva, la planificación conductual de actividades, el entrenamiento en habilidades específicas (por ejemplo, habilidades sociales, afrontamiento), etc.

Para ir evaluando los progresos del paciente y el logro de los objetivos terapéuticos es posible que se requiera aplicar nuevamente algunos de los cuestionarios utilizados durante la evaluación y así comparar cómo estaba al inicio y cómo está en el momento actual. Este asunto puede ser fundamental para el paciente porque recibe otro tipo de retroalimentación respecto a su proceso terapéutico.

El trabajo psicológico en grupo implica, generalmente, a un terapeuta (y un coterapeuta si se requiere) y varios pacientes (entre cuatro y ocho), que coinciden en su motivo de consulta, situación problemática o trastorno psicológico. Normalmente, aunque cada persona experimenta la situación por la que atraviesa de forma particular, dadas sus características personales e historia de vida, muchos temas que son motivo de una consulta psicológica pueden ser compartidos con otras personas y el trabajarlos en grupo puede suponer beneficios muy importantes sobre la terapia individual.

 

Ventajas de la terapia de grupo

Una de las ventajas de la terapia de grupo que salta a la vista es que los pacientes se dan cuenta de que las situaciones difíciles “no sólo me pasan a mí”, le pueden ocurrir a cualquiera. Por otra parte, se aprovecha la oportunidad para conocer qué es lo que los demás han hecho para intentar solucionar sus problemas y qué les ha funcionado y qué no. Igualmente, en el proceso terapéutico, los miembros del grupo se convierten en un modelo o en fuentes de refuerzo durante el aprendizaje de las habilidades y estrategias para hacer frente al problema, permitiendo que al tiempo que se supera lo propio se ayude a otros a hacerlo. Como cabría esperar, dado que en el proceso puede haber recaídas, estando en grupo los miembros pueden apoyarse unos a otros y darse ánimo. Por último y no menos importante, una ventaja es que algunas estrategias psicológicas pueden aprenderse más fácilmente en grupo, ese es el caso, por ejemplo, de las habilidades sociales.

Cómo suele ser una terapia de grupo

La terapia en grupo tiene una estructura u organización que es flexible y se ajusta a las características de sus miembros. Antes de iniciar, los terapeutas habrán tenido alguna sesión individual con cada paciente para conocer su situación actual (se pueden emplear, además de la entrevista, los cuestionarios y los autorregistros comentados en la modalidad individual). Luego, en el grupo, durante la primera sesión se establecen las normas para el funcionamiento del grupo (por ejemplo, se hacen los acuerdos de confidencialidad, asistencia, puntualidad, formas de participación, número de sesiones previstas, etc.), se realiza la presentación de los miembros, se pone en común la situación actual de los pacientes y se definen los objetivos que persiguen con el tratamiento. Según el motivo o tema psicológico del grupo, el terapeuta prepara las primeras sesiones para que en ella se puedan abordar los temas de tal forma que los integrantes logren comprender la naturaleza del problema y cómo se está manteniendo la situación problemática, teniendo en cuenta los factores propios (por ejemplo, la relación entre sus formas de pensar, sus emociones y actuaciones) y de los contextos de los pacientes. Las sesiones posteriores se centran en crear situaciones de aprendizaje terapéutico, es decir, se inician los entrenamientos en habilidades y estrategias para hacer frente al problema de una forma en la que pueda obtenerse una mejoría psicológica. La sesión final del grupo se emplea para evaluar los logros terapéuticos y para ello es posible que se requiera rellenar nuevamente los cuestionarios que se emplearon al comienzo.

Las sesiones de grupo pueden tener una duración de entre una hora y media y dos horas y se realizan con una periodicidad semanal. Normalmente, los tratamientos grupales pueden tener unas 12 o 15 sesiones, según el tema o motivo de consulta, pero es posible que en algunos casos se requieran menos sesiones (por ejemplo, tratamiento del miedo a hablar en público).