¿En qué consiste la fobia específica?

La fobia específica consiste en experimentar elevados niveles de miedo o ansiedad al estar en situaciones o frente a objetos específicos, como animales (por ejemplo, perros, cucarachas, arañas, mariposas, pájaros), entornos naturales (por ejemplo, alturas/precipicios, tormentas, agua), situaciones concretas (por ejemplo, conducir, viajar en avión, estar en un ascensor, recintos cerrados), sangre, inyecciones o heridas y otros (por ejemplo, a adquirir una enfermedad, a atragantarse, a vomitar). En los niños puede producirse una fobia específica a sonidos intensos o personas disfrazadas (por ejemplo, payasos, mimos).

Cabe señalar que la intensidad del miedo puede variar según los factores del contexto (por ejemplo, la presencia de una persona de confianza puede disminuir el temor, el tiempo que tenga estar expuesto a la situación/objeto, el tipo de exposición -puede ser menor si teme a los ratones pero los ve en la televisión y no en vivo, etc.) y que una persona puede tener más de una fobia específica.

¿Qué caracteriza la fobia específica?

La característica principal de la fobia específica es el miedo intenso que se siente al estar (o imaginar estar) frente al objeto o situación temido. La persona lo pasa muy mal y busca la forma de evitar el contacto con el objeto o permanecer en la situación, pero de no lograrlo lo soportan con un gran malestar. Los niños generalmente no verbalizan su temor, pero se les observa inquietos, lloran, gritan o se niegan a estar en la situación o frente al objeto que temen.

En las situaciones fóbicas (y a veces sólo con imaginarlas o anticiparlas) las personas experimentan las respuestas físicas tan típicas de la ansiedad (aceleración del corazón y de la respiración, sudoración, temblores, dolores estomacales, náuseas, diarrea, etc.). Tiene pensamientos, ideas o creencias negativas tanto sobre la situación/objeto temido como sobre su capacidad para hacerles frente y no encuentran ninguna explicación racional a su temor.

¿Qué impacto tiene la fobia específica en quien lo padece?

Las fobias específicas resultan incapacitantes o pueden traer serias consecuencias según las circunstancias o las situaciones a las que se enfrenta diariamente la persona. Por ejemplo, tener fobia a las agujas ocasiona limitaciones en cuanto a los cuidados para la salud, pero sin duda tiene un mayor impacto si le han detectado diabetes y debe inyectarse insulina a diario; o afecta el trabajo si tiene que volar por cuestiones de este tipo y tiene fobia a hacerlo; o puede ver reducida su movilidad, su vida social o de ocio si tiene miedo a los ascensores y surge una condición que le impide seguir utilizando las escaleras (como lo hacía hasta entonces).

Situaciones como estas hay muchas, así que para cada persona las situaciones u objetos fóbicos y todos los esfuerzos encaminados a evitarlos pueden afectarlos de formas muy distinta. Cada caso resulta particular y así mismo lo son el impacto o las consecuencias que tiene la fobia específica en su calidad de vida (y la de su entorno). Por ejemplo, una persona podría minimizar su “temor a los bichos”, mientras que los demás miembros de su familia se quejan por no hacer excursiones al campo debido a este problema.

¿Qué otros trastornos mentales pueden darse al mismo tiempo que la fobia específica?

Generalmente, la fobia específica no se presenta al mismo tiempo que otros trastornos, aunque sí suele ser un precedente de otros problemas de ansiedad.

¿Cuáles son las causas de la fobia específica?

Algunas fobias específicas suelen desarrollarse después de un evento traumático (por ejemplo, quedarse atrapado en un ascensor, ser atacado por un perro, haber sufrido una violación, la muerte de un ser querido tras una cirugía), por un ataque de pánico experimentado en una situación concreta (por ejemplo, yendo en el autobús, conduciendo el coche, estando en un concierto, dentro de una discoteca), por transmisión de información (por ejemplo, amplia cobertura informativa por parte de los medios de un accidente de avión) o por modelamiento (por ejemplo, observa las reacciones fóbicas de la madre al ver una mariposa).

(poner un link que lleve a la definición del ataque de pánico que está dentro de “trastorno de pánico”).

Merece la pena comentar que la sobreprotección parental está considerada como un factor de riesgo importante para desarrollar fobias específicas. Normalmente, con los comportamientos de sobreprotección se transmite la idea de que ciertas situaciones y objetos son peligrosos (sin serlo).

¿Qué podría hacer una persona que tenga una fobia específica?

Como hemos comentado antes, las fobias específicas son muy comunes, pero no todo el mundo busca ayuda profesional por ellas. Normalmente, lo que sucede es que las personas buscan esta ayuda cuando se ven enfrentadas a cambios en su vida que resaltan la presencia de la fobia específica.

Hay que saber que el método más eficaz para una fobia específica es la exposición. No obstante, no basta con ponerse en la situación o frente al estímulo fóbico y “aguantar”. Si así fuera, muchas de estas fobias se resolverían solas. Es necesario llevar a cabo un tratamiento sistemático que se planifica a partir de una buena evaluación del caso. Por esta razón es muy importante buscar ayuda psicológica.

El psicólogo hará una entrevista para comprender lo que está ocurriendo. Para ello, hará preguntas relacionadas con el temor, las características de las situaciones/objetos fóbicos, cómo maneja habitualmente esas situaciones, qué reacciones tienen los que están a su alrededor. Si esta es una situación que se repite desde hace tiempo, el psicólogo le hará preguntas para conocer cómo ha sido la evolución e identificar el impacto que esto ha tenido (y tiene) en su vida. También le pasarán cuestionarios o le pedirán que haga una serie de observaciones y registros sobre sus fobias para afinar la información y planificar muy bien el tratamiento.

¿Qué tratamientos hay para la fobia específica?

Las técnicas propias de la terapia cognitivo conductual son las más eficaces para tratar la fobia específica. La técnica por excelencia es la exposición, que consiste (como su nombre lo indica) en exponer a la persona al objeto/situación fóbico, no sin enseñarle antes otras técnicas para el manejo de la respuestas de ansiedad y habilidades de afrontamiento de los distintos elementos que forman parte de la situación.