¿En qué consiste el trastorno de estrés postraumático?
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) consiste en la aparición de una serie de síntomas (hiperactivación, evitación de lugares o personas asociadas al acontecimiento, pesadillas, embotamiento, miedo, culpa, vergüenza , pérdida de interés por actividades habituales, etc.) después de exponerse a (ver o tener conocimiento de) un evento traumático en el que hubo de forma real o amenaza de agresión física o psicológica o una amenaza para la vida y ante el cual la persona responde con intenso terror o indefensión.
Los eventos causantes del TEPT pueden ser: naturales, ya sean catástrofes (terremotos, inundaciones) o accidentes (incendios, accidentes de tráfico, laborales) o intencionales, provocados por el ser humano (agresiones sexuales, ataques físicos, robos, maltrato, secuestros, torturas, ataques terroristas, guerras).
¿Qué caracteriza el trastorno de estrés postraumático?
El TEPT se caracteriza porque la persona ha experimentado, observado o ha tenido conocimiento de un evento traumático que implica muerte, amenaza de muerte, heridas graves hacia sí mismo o hacia otra persona. Este suceso es vivido con terror y provoca posteriormente la reexperimentación del evento en forma de pesadillas y recuerdos involuntarios; la aparición de ansiedad, taquicardia, sudoración ante situaciones o personas que causaron o le recuerdan al evento traumático; la evitación de sentimientos, pensamientos, lugares, personas y actividades relacionadas con el hecho traumático. También disminuye el interés de la persona en sus actividades del día a día, se siente alejada de los demás, con menor capacidad afectiva. Aparecen dificultades de concentración, dificultades para dormir, inquietud e irritabilidad.
¿Qué consecuencias puede tener el trastorno de estrés postraumático en quien lo padece?
El TEPT puede dar lugar a una serie de consecuencias que dificultan el día a día de la persona que lo padece. Como la pérdida de interés por actividades y acontecimientos del entorno que antes le hacían disfrutar. Dificultades para expresar sus sentimientos y necesidad de distanciarse de amigos, familiares. Desesperanza respecto al futuro. Sensación de vivir bajo continua amenaza para sí mismo o para los suyos (sensación de “haber perdido la libertad de vivir en paz”). Todo ello a su vez repercute en el ámbito personal (tristeza, sensación de indefensión ante la vida), social (aislamiento social, discusiones con los seres queridos) y laboral (menor rendimiento, no asistencia al trabajo).
¿Qué otros trastornos mentales pueden darse al mismo tiempo que el trastorno de estrés postraumático?
El TEPT puede aparecer junto con el trastorno depresivo mayor, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social y el trastorno obsesivo compulsivo. En pacientes con TEPT también aparece con mayor frecuencia el abuso de alcohol y otras drogas, las conductas antisociales y el trastorno del control de los impulsos.
¿Cuáles son las causas del trastorno de estrés postraumático?
Cuando una persona vive un acontecimiento traumático, experimenta terror, miedo o ansiedad, y estas respuestas emocionales son asociadas tanto al acontecimiento en sí (por ejemplo, la violación) como a los estímulos relacionados con el trauma (por ejemplo, características del lugar en que sufrió la agresión [un callejón, oscuro, solitario, etc.], actividad que la persona hacía antes de que le agredieran [al salir del trabajo, del gimnasio, etc.], palabras, sonidos, olores, presentes en la situación de agresión, etc.). A partir de entonces, la persona empieza a mostrar síntomas de ansiedad al exponerse a cualquiera de estos estímulos sin que exista una amenaza real actual. Esto la conduce a realizar conductas de evitación con el fin de prevenir la aparición de las respuestas de ansiedad. Por ejemplo, si en la situación de agresión sexual se condicionó la respuesta de ansiedad ante el contacto con la piel sudorosa del agresor posiblemente evite tener relaciones sexuales con la pareja si hay indicios de sudor.
La experiencia traumática suele ser vivida como incontrolable para la persona, lo que aumenta el temor, la ansiedad y la pérdida de control respecto a las experiencias futuras, etc. Igualmente, puede ocurrir que las experiencias traumáticas no se procesen o “se digieran mentalmente” de una manera adecuada. Coloquialmente se podría decir que el recuerdo queda vagando por un lado y la emoción por otro.
¿Qué podría hacer una persona con un trastorno de estrés postraumático?
Ante la duda de estar padeciendo un TEPT, es importante que la persona busque ayuda profesional. A nivel de intervención psicológica, el experto realizará una recogida de información relativa al acontecimiento traumático, a los síntomas que experimenta la persona así como a las limitaciones que actualmente existen en el funcionamiento diario. Una vez haya determinado la presencia/ausencia de TEPT, llevará a cabo un programa de tratamiento dirigido tanto al trastorno de estrés postraumático en sí, como a la sintomatología asociada.
¿Qué tratamientos hay para el trastorno de estrés postraumático?
La terapia del TEPT es principalmente psicológica, sin embargo hay algunas ocasiones en las que los profesionales aconsejan complementarla con tratamiento farmacológico.
Respecto al tratamiento psicológico existen diferentes técnicas que han demostrado su eficacia en la intervención con pacientes con TEPT. Concretamente la exposición a imágenes del hecho traumático y el recuerdo y la verbalización prolongada del evento ocurrido en un ambiente de apoyo, ayudan a procesar el trauma y a digerir las emociones asociadas a él. A través del tratamiento psicológico la persona es capaz de recuperar la sensación de control respecto a su vida.
En cuanto al tratamiento farmacológico los fármacos más usados son los antidepresivos, concretamente los inhibidores de la recaptación de serotonina. Estos actúan principalmente en la sintomatología relacionada con el trauma (depresión, pensamientos repetitivos, irritabilidad) más que en el trauma en sí mismo.